Pitalito, 2
de mayo de 2014
CENTRO DE GESTIÓN Y DESARROLLO
SOSTENIBLE SURCOLOMBIANO
DÍA
INTERNACIONAL DEL TRABAJO
El Día internacional de
los Trabajadores, el Primero de Mayo, es la fiesta del Movimiento Obrero
Mundial.
Desde su establecimiento
en todos los países por acuerdo del Congreso Obrero Socialista celebrado en
París en 1889 es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los
Mártires de Chicago que fueron ajusticiados por su participación en las
jornadas de lucha por consecución de la jornada laboral de ocho horas que
culminaron de la huelga del 1º de mayo de 1886 en los Estados Unidos
(EE.UU.), hecho que fue el origen de que dicha celebración se lleve a cabo es
esa fecha.
Los hechos que dieron
lugar esta celebración están contextualizados en los albores de la revolución
industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo XIX Chicago era la
segunda ciudad de EE.UU. Del oeste y del sudeste llegaban cada año por
ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas
humildes que albergarían a cientos de miles de trabajadores. Además, estos
centros urbanos acogieron a emigrantes venidos de todo el mundo a lo largo
del siglo XIX.
La
reivindicación de la jornada laboral de 8 horas
Una de
las reivindicaciones básicas de los trabajadores era la jornada de 8 horas.
El hacer valer la máxima ocho hora para el trabajo, ocho horas para el sueño
y ocho horas para la casa. En este contexto se produjeron varios movimientos,
en 1829 se formó un movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York
la jornada de ocho horas. Anteriormente existía una ley que prohibía trabajar
más de 18 horas, salvo caso de necesidad. Si no había tal necesidad,
cualquier funcionario de una compañía de ferrocarril que hubiese obligado a
un maquinista o fogonero a trabajar jornadas de 18 horas diarias debía pagar
una multa de 25 dólares.
En 1886, el presidente de
Estados Unidos Andrew Johnson promulgó la llamada Ley Ingersoll,
estableciendo las 8 horas de trabajo diarias. Al poco tiempo, 19 estados
sancionaron leyes que permitían trabajar jornadas máximas de 8 y 10 horas
(aunque siempre con cláusulas que permitían hacer trabajar a los obreros
entre 14 y 18 horas). Las condiciones de trabajo eran similares, y las
condiciones en que se vivía seguían siendo insoportables.
Consecución de la jornada
laboral de ocho horas
A finales de mayo de 1886
varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a
varios centenares de miles de obreros. El éxito fue tal, que la Federación de
Gremios y Uniones Organizadas expresó su júbilo con estas palabras:
"Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan
general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la
jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las
organizaciones existentes, cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes
a la agitación sindical".
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Aprendices e instructores en el acto conmemorativo |
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Dra. Beatriz Sterling, coordinadora académica saluda a la Familia SENA |
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Celebración Eucarística a cargo del Capellán de Centro, Pbro. Diego Armando Pillimué |
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