lunes, 17 de febrero de 2014

Publicación DIARIO DEL HUILA

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Listbina Becerra, la artesana detrás de la bandera obsequiada al presidente Santos



Listbina Becerra, la artesana detrás de la bandera obsequiada al presidente Santos
Esta agustiniana, egresada y emprendedora SENA, sueña con fortalecer su fábrica y seguir vendiendo sus productos, hechos a base de fibra de plátano. En la actualidad, la conocida diseñadora de bolsos Nancy González es una de sus más fieles compradoras.


“Yo pensaba y pensaba qué puedo regalarle… Hasta que se me ocurrió: Pues una bandera”… Y así lo hizo.
Listbina Becerra, una típica mujer huilense, estuvo muy cerca del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, durante su reciente visita a San Agustín. La llegada del primer mandatario al sur del departamento le permitió a esta artesana, de 43 años de edad, hacerle un obsequio muy especial.
En el fugaz encuentro, ella logró decirle que le entregaba con mucho orgullo, en su nombre y el de las emprendedoras agustinianas, la bandera de Colombia hecha en fibra de plátano. Él, por su parte, le agradeció y le dijo que ella es una de las personas que hacen patria y que aportan al desarrollo del campo y del país.
En efecto, esta hija de San Agustín y de Clelia Rengifo, la matrona que se convirtió en pionera en el uso de este material, ha continuado con la tradición heredada de su madre.
“Mi mamá trabajaba con el fique, pero después se ingenió la forma de hacerlo con la fibra del plátano. Siempre pensó en sacar algo nuevo, algo diferente. Cuando obtuvo la fibra, llevó un bolso a una feria en Obando y le dijo a la gente que era de plátano, pero nadie le creyó. Algunos le decían que eso era fique sucio. Ella lo lavó, le sacó la mancha, consiguió un color más brillante y le quedó un buen producto para tejer”, recuerda.


Ayer, hoy y siempre
A lo largo de su relato, Listbina cuenta la forma en que inició en este negocio… Un negocio de familia… Un negocio de toda la vida.
“Toda la vida hemos vivido de eso. Somos tres hermanos los que trabajamos con la fibra de plátano, porque no queremos dejar morir la tradición. Queremos seguir con ella, para enseñarles a nuestros hijos, para enseñarles a las personas que quieran aprender. Mi mamá nos decía: El conocimiento hay que difundirlo”, enfatiza.
Así lo ha hecho desde los 15 años de edad, época en la cual tal vez no comprendía que este arte corría por sus venas y que, tiempo después, se convertiría en el motor de su existencia.
“Al comienzo no me gustaba. En aquella época, una amiga me preguntó: ‘¿Quiere trabajar en un salón de belleza?’. Le contesté que sí y trabajé con ella durante seis años. Pero, un día, mi mamá me dijo: ‘Vamos a una feria’. Nos fuimos para Corferias y allí me di cuenta de que lo mío sí era la artesanía”, cuenta.
Desde aquel momento, Listbina se dedicó a aprender y perfeccionar el uso de esta fibra natural, que hoy le permite fabricar todo tipo de productos artesanales, que pueden ser bolsos, cinturones y sombreros o cojines, cortinas, individuales y manteles, sin dejar de lado las telas que vende a destacadas empresas de Bogotá y Cali.
“Conocí a una señora, Nancy González, de Cali. Ella me dijo: ‘Trabaje conmigo; yo le compro sus telas. Le compro la producción’. Ella hace bolsos en cuero y en fibra. Ha sido un gran apoyo para mí. Me compra desde hace diez años. Ella me impulsa”, comenta de forma desprevenida, sin darle la dimensión que puede llegar a tener este hecho.
Las carteras de González se venden en más de 400 tiendas exclusivas de todo el mundo, entre ellas Bergdorf Goodman, Neiman Marcus y Saks Fifth Avenue en Estados Unidos, y en el portal en internet de su tienda, así como en tiendas por departamentos y lujosas boutiques de Nueva York, Miami, Londres, Moscú, París, Dubai y Seúl. En el sur de la Florida, los bolsos se venden en Ida and Harry en el Hotel Fontainebleau en Miami Beach, así como en Neiman’s y Saks.
Tal circunstancia podría ser una muestra de la ingenuidad o, mejor, de la humildad de esta egresada del programa Jóvenes Rurales Emprendedores y beneficiaria del Fondo Emprender (ambas, estrategias lideradas por el SENA), quien tiene claro que es largo el camino que aún le hace falta recorrer, pero eso no es, desde ningún punto de vista, un problema para ella.


Con mucha fuerza
“Del SENA he recibido un apoyo muy importante. Siempre soñé con algo así. Siempre dije: ‘Dios mío, por qué no sale un proyecto para ayudarnos a salir adelante’”, manifiesta.
Y el sueño se le está cumpliendo. Ahora tiene en sus manos una oportunidad para continuar creciendo, personal y profesionalmente, además de seguir impulsando a mujeres que, al igual que ella, son madres cabeza de familia y necesitan una alternativa para avanzar junto a sus hijos.
“Jóvenes Rurales Emprendedores es un programa que permite desarrollar apuestas de los sectores agropecuario y rural, a través de procesos de formación de los órdenes técnico y empresarial. El fin es lograr que estas personas se cualifiquen y generen su plan de negocios y su unidad productiva, con el apoyo del Fondo Emprender, de forma tal que les sea posible obtener más ingresos y mejorar su calidad de vida”, asegura el director Regional del SENA en el Huila, Luis Alberto Tamayo.
Listbina, mamá de cuatro jóvenes (dos hombres y dos mujeres) de entre 5 y 22 años de edad, sabe que este trabajo no la está llenando de riquezas materiales, pero sí le está dando la posibilidad de hacer lo que le gusta, brindar una vida digna a su familia y ayudar a otras personas a cristalizar sus sueños más ‘sencillos’.
“Yo he sufrido… Siento las necesidades de ellas, porque las viví. Por eso es por lo que quiero que ellas sigan trabajando conmigo. Si no nos ayudamos entre nosotras, ¿en qué estamos?”, reflexiona.
En efecto, no sólo ha padecido las necesidades derivadas de ser una mujer que ha tenido que luchar para sacar adelante a sus hijos, sino que, además, ha sido víctima de la violencia que azota al país.
“Nosotros vivíamos en el Estrecho del Magdalena, pero tuvimos que venirnos, porque comenzaron a amenazarnos… Dizque porque teníamos mucha plata. Gracias a Dios y a mi tía, que no vendió la casa, hoy tenemos un punto de venta allá”, expresa.


Para adelante…
Las adversidades no han logrado opacarla. Ella se mantiene firme… Fuerte… Con la cabeza y el corazón plenos de ilusiones.
Ahora, espera que el proyecto continúe ejecutándose y abriéndole más y mejores oportunidades de vida. Para ella, sus hijos, el resto de su familia y, por supuesto, las madres cabeza de hogar que están a su lado.
Por ello es por lo que Libertejidos, la empresa que Listbina está consolidando, concentra todas sus esperanzas y la del grupo de mujeres que la acompañan en su lucha.
“Ella es una persona muy comprometida, una gran emprendedora, una mujer muy entusiasta. Es una persona muy activa, que no descansa, que siempre piensa en el bienestar de los demás. Cuando la conocí, me di cuenta de sus habilidades y su talento. En ese momento, nació la idea de trabajar en este proyecto”, comenta Sandra Patricia Cortés, gestora de Emprendimiento del SENA.
La funcionaria, que ha estado muy cerca de Listbina durante los últimos dos años, emprendió con ella el camino que la llevará a fortalecer su negocio e impulsarlo con mayor fuerza en los escenarios nacional e internacional.
“Estamos en la parte operativa. En la ejecución de los recursos, lo cual implica la compra de la maquinaria y las herramientas. Es un proyecto que generará cuatro empleos directos y dos más por prestación de servicios. Está basado en la transformación de la corteza de plátano, para la elaboración de telas e hilos y la fabricación de artesanías en fibra de plátano. Es un proyecto con mucho futuro”, agrega Cortés.


Alma, corazón y vida
Ésta es la historia de Listbina… Una mujer huilense, que heredó de su madre la tenacidad y las ganas de compartir sus conocimientos y sus dones con quienes lo necesiten, pues en ella no hay asomo alguno de egoísmo.
“Mi Diosito me ha de ayudar, porque tengo que salir adelante. A Él le doy gracias por lo que soy y por lo que tengo. Y al SENA, porque me ha ayudado a sacar este proyecto”, insiste.
Sus palabras reflejan las ganas de servir, de compartir y de seguir adelante, con la ilusión de afianzar aquella idea que nació como un negocio familiar, pero que ahora se convierte en un sueño de esos que pueden llegar a hacerse realidad.
Y tal vez eso fue lo que el presidente Santos vio en sus manos, en sus ojos y, por supuesto, en la bandera que ella le regaló.
“Cuando supe que el Presidente iba a venir, me pregunté: ‘Yo qué le regalo… Pues una bandera será’. La hice en una noche. Cuando se la entregué, me dio las gracias, un abrazo y un beso”, recuerda Listbina, mientras que en su rostro se dibuja una agradable y sincera sonrisa… La sonrisa de una mujer soñadora, pero real.